Capitulo ll
Todos se encontraban muy atentos mirando a Jean, quien, con una rama llameante en la mano, se encontraba de pie a punto de comenzar su relato. Caminó hacia un lado y luego hacia el otro, levantó la vista, y paseando aquella enorme antorcha comenzó:
“Ocurrió en invierno de 1955, los suelos se encontraban cubiertos por la blanca nieve, la gente no salía de sus casas sin miles de abrigos y los niños, recorrían las calles revoleando bolas de nieve y haciendo muñecos enormes. Pero, en una pequeña casa junto al mar, una casita que se encontraba justo aquí, a nuestro lado, vivía una familia de 7 integrantes. Se trataba de 5 hermanas, Lilit, Josefine, Carola, Marie, y Elizabeth. Las niñas jamás salían de sus casas…no más que hasta la puerta para observar la puesta de sol, y luego, se internaban en la pequeña jaula nuevamente. Su padre, era un humilde carpintero y su madre una lavandera.
Se dice que jamás se escuchó salir de allí sonido alguno.
Una tarde, cuando el sol bajaba y se topaba con el ancho mar, salieron a la puerta de casa solo 4 hermanas. Las cuatro, tenían una mirada ausente, y vestían los mismo harapos que de costumbre…Nadie prestaba atención al hecho. Las hermanas, comenzaron a susurrar cosas inentendibles, cada vez más fuerte, mirando al cielo. La gente estaba atónita y en pocos segundo, solo quedaron en la playa la arena, el mar, las hermanas, y una pequeña niña detrás de un árbol.
La pequeña, en completo estado de shock, se encontraba muy quieta, observándolo todo, cada detalle. Rápidamente el cielo fue cubierto por espesas nubes negras. Aquel manto negro, tronó, y las aguas comenzaron a batirse. La humilde casa, comenzó a temblar y derribarse, mientras las 4 hermanas, sin dejar de susurrar a gritos, caminaban hacia las aguas turbulentas.
La niña, fue hallada al día siguiente, desmayada; las hermanas, fueron acusadas de brujas, y en cuanto a Elizabeth, su cuerpo no fue hallado hasta el día de hoy. Mucha gente en Hendaya no se acercó a las orillas de nuestras aguas durante años, hoy en día, algunos las siguen evitando.
Se dice que las hermanas, esperan ansiosas la llegada de una nueva era, y quien cruce la fosa marina luego de aquella gran roca, será eternamente su esclavo.”
Los chicos, riendo a carcajadas, aplaudiendo a Jean. Greta, seguía sentada mirando las brazas quemarse. Había quedado algo impresionada, de todas formas, Jean era muy creativo, no debía de hacerle mucho caso.
Cosme se puso de pié, y diciendo a los demás que se callaran, anunció que contaría su historia. Greta, se levantó y se sentó con Aaron, se acomodó sobre sus piernas y cerró los ojos.
La imagen de las tres hermanas caminando hacia el mar todavía latía en su mente poniéndole la piel de gallina.Mientras tanto , Cosme comenzaba su relato, pero pronto la voz de Cosme, se convirtió en música de fondo, y Greta solo escuchó la suavidad de las olas al tocar la orilla.
Eran las 8 am, Greta y sus amigos, seguían en la playa rodeando a las cenizas del enorme fogón de anoche. Greta se sentó alarmada, miró a su alrededor, y cuando notó que no había regresado a casa aún, comenzó a sacudir a Aaron enérgicamente. Ella la miró desorientada sin entender que ocurría y cuando Aaron comprendió, las dos ya se encontraban corriendo por la salida principal del balneario hacia sus casas.
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Greta y Aaron irrumpieron en la casa . Ema se encontraba comiendo cereales frente al televisor, y la madre estaba junto al horno calentando agua para el café.
- Donde estuviste?- preguntó Isabel, la madre de Greta.
- Estuvimos en la playa, hicimos un fogón con los demás.
- ¿Y no te parece que podrías haberme avisado?
- Lo sé, lo siento…
Aaron levantó tímidamente la mano saludando a Isa. Greta tomó el teléfono y se lo dio a Aaron para avisar a su madre que estaba allí, y acto seguido, las dos subieron corriendo las escaleras hasta la habitación de Greta. Una vez allí, Greta se sentó en su cama tomó un almohadón y oprimiendo su cara contra el mismo gritó fuerte.
- Bueno, que más da. Buscamos ropa para tu cita?- Greta sonrió.
Aaron sonrojándose, asintió.
- Veamos, ya que se trata de una ocasión especial, eres libre de elegir cualquier cosa de mi placar.
-¿Cualquier cosa?- preguntó Aaron asombrada. (Greta no solía prestar su ropa salvo, pequeñas excepciones, pero jamás “cualquiera”. La ropa era un bien muy preciado para ella)
- Claro, elige lo que quieras, o de lo contrario…Puedes dejar que mis cualidades de futura diseñadora creen algo especial para ti.-Greta sonrió .
Muy entusiasmada Aaron comenzó a estudiar cada prenda del placar de Greta, había tantas cosas allí que jamás se había atrevido a pedirle…
Greta pensativa, busco entre una pila de ropa y sacó un conjunto beage hermoso que sabía que Aaron amaba , y según sus cálculos, le quedaría muy bien. Siguió buscando conjuntos, le encataba probar variedades. Sacó una remera roja con bolados, una pollera tiro alto abotonada, todos sus pañuelos, un vestido verde y un chalequito con un extraño estampado. Colocó la gran montaña de ropa sobre su cama y se giró hacia Aaron que seguía mirando la ropa sin tocar nada.
- Bien, que empiece la sesión de ropa.
Greta tomó la pollera tiro alto abotonada, y la remera roja y se lo dio a Aaron. Ella entró al vestidor(donde se encontraba el placar) y cerró la puerta. Salió luego de unos minutos, a Greta le gustaba pero definitivamente no era su estilo , asi que negó con la cabeza y le lanzó el vestido verde.
- ¡Un poco más y estoy desnuda!- Exclamó Aaron.
Ciertamente ella era algo más alta que Greta . Greta, finalmente le dio el conjunto Beage, un pañuelo color manteca con estampado de rosas rojas , este, no podía fallar.
Luego de pocos minutos, Aaron salió del vestidor con una amplia sonrisa, fascinada .
-¿Y? ¿Qué tal?
-Hermoso me encanta, es perfecto para ti. Lo sabía.
Era un conjunto realmente lindo, la parte superior constaba de una remera con tela de traje que se angostaba justo en la cintura y luego más abajo se abria. La parte inferior, era una pollera tubo, de la misma tela y aquel pañuelo, le añadía un toque especial.
-Bueno, problema resuelto. Alan no te soltará más.
Las dos comenzaron a acomodar la ropa que habían sacado hasta que de pronto entró Leo corriendo a la habitación y empezó a gritar que quería ir a la playa, que lo llevara.Leo tenía 7 años, era el hermano pequeño de Greta, y realmente lo amaba, pero de todas formas a veces conseguía hacerla enojar muy fácilmente.
- ¡Deja de gritar Leo! Más tarde iremos.
Leo satisfecho, sonrió.
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-¿Cuando es más tarde?
- No lo sé ¿Ya desayunaste?
-No.- respondió Leo bajito.
-Entonces yo que vos lo haría , de lo contrario no podría comprarte un helado, ni llevarte al mar…-
A Leo se le iluminó el rostro y salió corriendo hacia la cocina .
Greta y Aaron rieron.
- Bueno, creo que mejor voy a casa o tendré problemas.
- Vale.
Greta,se puso de pié y acompañó a Aaron a la puerta, luego entró tomó la pava y puso a calentar agua para hacer mate.
- ¿Saldrás a algún lado esta noche?.-Dijo Greta dirigiéndose a Ema
-No lo sé. Tal vez…- Ema continuó mirando la pantalla del televisor.
- Bien.
Greta salió a la puerta de su casa y se sentó en el escalón de la entrada . La calle era un camino de tierra,a greta le daba gusto que el asfalto no hubiera arruinado su paisaje. Miró el cielo que estaba totalmente despejado y se sonrió, podría ir a la playa con Leo sin problemas. Bostezó, se puso de pie y fue a apagar el fuego de la pava que ya tintineaba. Tomó el mate, la yerba y pasó el agua al termo.
- Mamá, ¿Dónde está mi cartera para el mate?.
Esperó un segundo y nadie respondió.Greta fastidiada comenzó a buscar por todos lados hasta que la halló detrás de la puerta.Colocó el termo, el mate y la yerba y se giró a Leo.
- Y bien¿ Has desayunado ya?
Leo se paró de un brinco y asintió.
- Perfecto, toma el traje de baño, pon galletas en la mochila y en unos minutos nos vamos.
Leo subió las escaleras muy de prisa y Greta fue detrás de el. Ambos entraron en sus habitaciones. Greta, tomó su conjunto de bikini , aquel en el que había invertido parte de sus ahorros. Era una bikini negra con puntitos blancos, era linda aunque a Greta le daba bastante vergüenza a veces lucirla.Luego, caminó hacia al placar para buscar una musculosa y un short , pero antes de poder recorrer esos 6 metros, tropezó con una de las maderas del piso de su alcoba.
-Qué torpe.- Pensó.
Se levantó, miró la madera y vió que estaba algo floja. La movió un poco con el pie y le dio algo de curiosidad por lo que regreso al suelo y levantó la maderita, acercó la vista y se sorprendió mucho, al ver que allí abajo había un cuaderno viejo, un pequeño librito negro totalmente cubierto de polvo. Greta abrió los ojos mucho más , sorprendida, y lo tomó. No tenía ningún título, la parte delantera y posterior eran negras y el lomo se encontraba algo estropiado. Abrió la tapa y lelló la primer hoja.
“Querido Diario…”
- ¿Y bien? ¿Listo?
-SÍ, ya voy.- Respondió Greta.
Greta tomó una musculosa blanca, un short, escondió en cuaderno entre una pila de ropa y salió de la habitación.Los dos hermanos bajaron las escaleras. Greta tomó la cartera del mate, Leo su mochila, y ambos marcharon rumbo a la playa que quedaba a no más de tres cuadras.
Al llegar, Leo quiso ir al mar, por lo que en dos segundos ya se había sacado la remera y corria hacia el agua. Greta, no tuvo más opción que sacarse la remera , dejar las cosas junto al parador y seguirlo.
El agua estaba realmente hermosa. Aquel día el sol estaba fuerte por lo que era muy refrescante sumergir los pies en las pequeñas olas de la orilla. Leo, no tardó en encontrar a sus amigos, y Greta, se limitó a observarlo de lejos. empezó a caminar mar adentro , aunque no mucho más, el agua no le llegaba si quiera a las rodillas. Se cruzó de brazos,y no pudo evitar pensar en el pequeño libro negro ¿A quien pertenecería?Apenas llegara a casa lo averiguaría, o eso esperaba. Luego, comenzó a pensar en que haría aquel verano. Para resumir, debía aprovechar aquellos tres meses de vacaciones para cambiar su vida. Para volver a ser feliz… Como cuando era pequeña y se divertía con pequeñas cosas, o cuando su padre la abrazaba… Como cuando el estrés del colegio no se había apoderado de su vida y su corazón estaba a salvo de imbéciles en quienes, prefería no pensar.
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Momentos después, Greta comenzó a caminar nuevamente hacia el parador, se sentó en la arena y sacó el termo, el mate, y una pequeña libretita que siempre llevaba consigo. Levantó la vista un segundo para asegurarse que Leo estuviera bien, tomó un mate y comenzó a escribir en su libreta.
“ Deseos para el verano 2011.
- Conocer el amor.
- Hacer algo que jamás antes halla hecho.
-Hacer algo Loco, pero, realmente desquiciado.
- Hacer las paces con mamá.
- Comprarme una moto.
- Conseguir un empleo.
-Leer una saga.
- Recorrer perfumerías buscando mi aroma.
- Ver una estrella fugaz.
- Renovar mi habitación.
- Hacer una fiesta.
- Conocer gente nueva.
-Hacer que sea el mejor verano de mi vida.
- Viajar lejos…”
Greta levantó la mirada, contempló el mar, y volviéndose nuevamente hacia su pequeña lista anotó.
“- Averiguar de quien es el librito negro.”
Greta paró de escribir y de pronto, Leo aterrizó sobre ella cubriéndola de arena.
-¡Leo!.- Exclamó Greta.-¡Estoy llena de arena!
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Milena Nahir Suárez
Milee Nahir
Me gusto, me gusto. Es atrapante y te dan ganas de leer mas y mas. Realmente fabulosa, vas a llegar lejos.
ResponderEliminarMe gusto bastante..
ResponderEliminarY me parece que si seguis te va a ir muy muy bien :)
Ahora te sigo..
Me gustaria q me siguieras en adayintheflowerslife.blogspot.com
Gracias, exitos! ;D